El siglo XXI clama por una Epistemología
profundamente antropológica, basada en enfoques sistémicos de comprometida
integralidad. Ese es un dictado que proviene de las propias características que
ha venido adquiriendo el desarrollo de las ciencias y del conocimiento. Se
trata de saltos del saber en casi todos los campos del quehacer científico.
Esos saltos además, registran severos impactos en todo el andamiaje social de
sus entornos directos e indirectos, locales y globales.
Se trata entonces de que ahora como nunca
antes, el avance del conocimiento registra connotaciones éticas, económicas,
jurídicas, políticas y por supuesto, ideológicas. Y no es que estemos
politizando o ideologizando campos del saber en nada vinculados a la política o
la ideología. Es que el avance del conocimiento ahora registra matices de
importancia trascendental para toda la concepción de la vida, del hombre, de lo
humano, de la convivencia social.(Renau, 2000)
Unos ejemplos vividos durante los meses de
despedida del siglo servirán para ilustrar lo que planteamos.
En junio del 2000 fue presentado al mundo por
Blair y Clinton el primer acercamiento a un mapa del genóma humano. Ya se
gestaban concepciones según las cuales la información que brindan los códigos
genéticos pueden dar luz para caracterizar a las personas aspirantes a
determinados empleos, y sacar conclusiones por parte de los empleadores acerca
de su talento, capacidad, estados de ánimos, espíritu emprendedor, etc. A
partir de esa información brindada por la configuración genética de la persona,
se podría decidir si la persona en cuestión sería merecedora o no de esa fuente
de empleo. De esa manera alguien podría saber desde su nacimiento para qué ha
quedado predestinada en la vida. La determinación de las relaciones sociales en
la conformación y transformación de la personalidad queda en el olvido. ¿No es
acaso esta una conclusión totalmente ideologizadora? (Tedesco, 1998).
Las consecuencias éticas y hasta de
connotación política de los tratamientos de fertilidad de las parejas que
parecen conducir a partos múltiples como el que se estuvo sufriendo en Italia
en los últimos días del siglo XX llegan a conmocionar a la opinión pública no
sólo del país escenario de cada amarga experiencia como la señalada, sino a
toda la parte enterada del planeta, y apuntamos enterada, pues no podemos
olvidar, y esa es otra razón que clama por una nueva epistemología comprometida
con el conocimiento socializado y socializador, que en el mundo sólo un
bajísimo porciento de su población conoce las realidades científico
tecnológicas y del ciberespacio de eso que irónicamente llaman aldea global.
Epistemología Dialéctica
La Epistemología dialéctica no es una contemplación explicativa del proceso del conocimiento de alto valor social el lugar que en el desarrollo le corresponde. Hablamos de las diferentes lecturas que se le da a lo que se a llamado "sociedad del conocimiento". la epistemologia dialectica refleja con mayor exactitud el enriquecimiento constante que se viene produciendo y toma suficiente distancia de posicionamientos exclusivamente constructivistas, o racionalistas, o evolucionistas, etc.